GUÍA MÁGICA DEL CAMINO DE SANTIAGO - Miguel G. Aracil
El Camino de Santiago es la vía iniciática más representativa de Occidente. Desde el siglo IX, la cristiandad lo ha convertido en peregrinación votiva y purificadora para los buscadores de una realidad superior que desean ganar el Jubileo.
Pero el camino también ha sido recorrido por magos, alquimistas, místicos, cabalistas y esoteristas que han dejado su huella en múltiples manifestaciones arquitectónicas que se hallan a lo largo de la ruta. Símbolos herméticos y cabalísticos, ocultos en la iconografía cristiana, nos recuerdan que se trata de un camino iniciático.
Este camino no sólo pasaba por la ruta tradicional de Jaca a Compostela, sino que desde otros puntos se iniciaban peregrinaciones que acababan confluyendo en la vía principal.
Desde Sevilla se inicia una ruta que cruza por tierras extremeñas, desde levante se avanza hacia Tarragona, Poblet y Lérida, y en el Pirineo catalán se inicia otra ruta desde Puigcerdà.
En todas ellas, sin embargo, se pueden observar siempre unas constantes: la oca, el espino o espina, la espiral, etcétera, que confieren una unidad simbólica a todo el camino jacobeo.